Treinta y varios años…¡y los que falten! Por los personajes caídos
durante la Guerra y los que están aún por venir
Estoy a 3 días de cumplir años y
creo que esta situación de acercarme a los 40’s amerita una buena publicación
en este espacio que tantas satisfacciones me ha traído. Qué bonito es cuando la
inspiración llega a ti. Antes la gente me recomendaba escribir y a pesar de que
me encanta simplemente, no podía. Ahora de pronto, las cosas brotan como por
arte de magia. Hoy tuve una mañana muy bonita a lado de mi familia. Es
maravilloso poder disfrutar de esos momentos que no sabes cuántas veces más vas
a poder compartir. Como hace unos días la nostalgia me hizo parte de ella,
recordando a una persona muy especial en mi vida, hoy que me encuentro a pocas
horas de escuchar las campanas que anuncian que llegué a un año más de vida, me
pareció justo y necesario hacer un homenaje a lo que he vivido hasta ahora; a
los que han estado y se han ido, a los que espero que lleguen y a quienes están
hoy día formando parte de mi entorno y han hecho de esta, “la Sunshine”, lo que
es el día de hoy.
Las rupturas han sido parte
habitual de mis días, en todos los sentidos…laborales, amistosas y amorosas
desde luego. Una amiga hace unos días, después de leer mi blog me dijo: “¡Amiga
mía…has vivido!”. Eso sencillamente me encantó. Decía Odin Dupeyrón en una gran
obra de teatro que les recomiendo mucho, llamada “¡A Vivir!”, que es un buen síntoma
que las cosas nos duelan, pues eso significa que realmente estamos VIVOS.
Y bien… ¿qué es lo que duele
hasta el día de hoy, 11 de marzo del 2017? Bueno, quizás a la fecha, lo que
sigue doliendo es la soledad. La soledad que se siente al no haber encontrado
todavía a un cómplice de vida, a esa pareja con la que me he visualizado desde
hace tanto tiempo y que de cierta forma había creído encontrar en personas
equivocadas. Eso desde luego provoca tristeza y desilusión, sin embargo
alimenta también ese deseo de hallar lo
mejor. Y si lo mejor no ha llegado es una gran suerte que lo que se fue, se
haya ido. “Aunque es doloroso, hay personas a quienes no les corresponde estar en
nuestra vida”. Odin Dupeyrón
Cuanto más pasan los años más
complicado es involucrarse con la gente, en todos los ámbitos. Las amistades
cambian, las rutinas cambian, las personas cambian, las empresas cambian. A
esta edad (lo digo seriamente, sin considerarme ni tantito una anciana), las
situaciones y experiencias que solías compartir con tus amigos, por ejemplo, ya
no son las mismas. A muchos de ellos les cambia la vida antes que a ti y es
complicado adaptarse a las nuevas circunstancias. La gente ya no se muestra ni
tan disponible ni tan dispuesta como antes lo hacía, los tiempos se complican,
las agendas dejan de cuadrar. Las redes sociales te confunden, dejas de ver a
la gente durante periodos muy, muy largos, pero debido a que recientemente
viste sus actualizaciones en Facebook piensas que los viste ayer. Y empiezan a
marcarse distancias, sobre todo con aquellos que solían ser muy cercanos. Puede
ser una transición dura y difícil pero probablemente, quiero pensar, necesaria.
Para crecer, para evolucionar y para encontrar finalmente lo que tanto has
buscado.
¿Quiénes se fueron? De estos
últimos 2 años por lo menos puedo contarles rupturas difíciles e inesperadas: dos mujeres, a
quienes consideré grandes y mejores amigas durante un tiempo, un patán enfermo que se
hizo pasar por una pareja durante casi 2 años, un antiguo amor amigo, y en el
lapso, otra serie de personas que en algún momento estuvieron muy presentes
pero que ahora tienen hij@s, espos@s y/o compromisos que no les permiten
agarrar la fiesta contigo cada 7 días, como antes lo hacían. Por los que ya no
están o siguen estando pero no como antes, o los que afortunadamente permanecen, dedico estas lindas fotografías. De
cualquier modo serán siempre parte de mi historia y por eso simplemente, ya se
ganaron un lugar en mi pensamiento. Han sido tantos que espero no omitir a nadie, ¡tengo millones de fotos y recuerdos! Es realmente una bendición: he sido muy querida.
Tengo la gran fortuna de contar con una familia unida a pesar de todos sus problemas. Una familia que está conmigo siempre, que me respalda, me acompaña y que me ama. Una familia a quien he tenido la oportunidad de disfrutar, hacer reír y consolar en sus debidos momentos. No, no somos perfectos, pero en nuestra imperfección hemos hallado el modo de querernos y sobrevivir.
Tengo 2 hermosas perritas
adoptadas con todo el amor del mundo, a quienes adoro, cuido y protejo y de
igual forma me adoptaron, me aman y me protegen a mi. Simona y Lorenza son mis
compañeras, amigas, mis pequeñas hijitas que todos y cada uno de mis días me
demuestran el amor y el agradecimiento más puro y sincero que haya conocido. A
quienes no tienen mascotas les digo sinceramente, con el corazón, que no hay
nada más gratificante que llegar a tu casa y ver esas caritas de alegría y esas
colitas moviéndose sin parar por la emoción de verte llegar. Los perros, señoras
y señores, son seres supremos del cielo. Son ángeles, guías, amigos y motores
indiscutibles de vida. Próximamente habrá una publicación especialmente dedicada a ellas.
Tengo salud, independencia,
siempre me he sentido privilegiada porque las cosas indispensables en la vida,
no me faltan. Tengo un trabajo que por primera vez, desde hace muchos años, me
valora, me considera, me estimula y donde tengo muchas y visibles posibilidades
de crecer. Y me voy a Brasil a demostrarlo dentro de una semana.
¿Qué está por venir? Pues en gran
parte sé que eso depende de mí y creo también mucho que la vida nos compensa y
nos premia por las cosas que hemos hecho bien durante el trayecto. Considero
que este es el momento en que los deseos de tiempo atrás y los actuales están
por materializarse, y que dentro de poco todo rendirá sus frutos. Que el tiempo
de cosecha está muy cerca y que ahora estoy más lista que nunca para recibir y
poder dar, merecidamente, todo lo que hay dentro de mí.
Hoy muchos ya no están, otros
continúan y espero que sigan estando, y otros más llegarán ¡bienvenidos sean!
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que me siento lista para recibir lo que
tal vez antes, inconscientemente y de manera equivocada, creía no merecer.
Si algo agradezco y me encanta de ser cómo
soy es que siempre he encontrado la manera de que incluso las situaciones que deberían
derrumbarme, me hagan más fuerte y más capaz. Hoy siento que puedo con todo y
con todos, aprecio enormemente a mis aliados y espero con mucha emoción a todos
los que están cerca de formar parte de mi universo. ¡Ha sido una vida completa! “Ha sido una buena vida”.
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